¿Porqué la compañía luftansa tiene que provisionar sus aviones con más de 1.7 millones de litros de zumo de tomate al año? La compañía solicitó un estudio a un laboratorio independiente para estudiar el fenómeno, el misterio de la inusitada demanda del zumo de tomate de sus pasajeros.
Los científicos de la Fraunhofer Institute for Building Physics (IBP) condujeron una serie de pruebas en un airbus A310-200 convertido a laboratorio volante, y descubrieron que el zumo de tomate es percibido de manera diferente en una cabina presurizada a gran altura. Parece ser que nuestra percepción de los olores y los alimentos varía en presiones altas, conviertiendo un sabor no necesariamente popular ‘en tierra’ en una delicadeza a gran altura.
La empresa ya ha comenzado a experimentar para mejorar el sabor de su servicio de cátering.